Una mamá que había sufrido el reciente fallecimiento de su hijito de tres años y medio, empezó a buscar respuestas y me encontró por internet. A partir de ahí comenzamos un camino de profundización desde la Antroposofía. Una fuerza invisible nos fue reuniendo para compartir y sanar. Y es ese mismo camino el que describe lo que se hace en Manomicas.
En este andar es esencial que nos «resuene», que algo muy interno e intuitivo “nos llame” a hacer esta elección. Y cuando esa posibilidad se abre, aparece el espacio donde estarán las personas que necesitamos para compartir. De este modo, en todas las actividades que se desarrollan desde Manomicas, nos nutrimos intercambiando pensamientos, sentimientos y las voluntades que hicieron posible el encuentro.